Marco Trombetti

Ingenieros

Los gerentes no están lo suficientemente cualificados como para dirigir a los ingenieros.

Aunque yo me sienta como un ingeniero de la cabeza a los pies, no tengo problemas para afirmar que los ingenieros se encuentran entre los empleados más difíciles de dirigir, de motivar y de hacer productivos. Los ingenieros se consideran artistas. Son sensibles, perezosos y narcisistas y poco dispuestos a aprender de sus errores. Parecen insociables, pero en realidad siempre están listos para debatir cualquier aspecto de su trabajo con quien quiera.

Sus palabras mágicas son «no se puede hacer». Sus afirmaciones más comunes también incluyen: «no es tan difícil», «necesitamos más tiempo», «necesitamos tener una reunión», «estas reuniones no sirven para nada», «necesitamos más recursos», «somos demasiados trabajando en este problema», «necesitamos más infraestructura», «estamos sobrepasados de infraestructura», «no me diste instrucciones precisas», «no quiero que me microgestionen».

Obviamente, estas afirmaciones no representan sus necesidades reales, sino que manifiestan su insatisfacción. Esto suele ser a causa de la incapacidad de sus gerentes para entenderlos. Sus problemas se derivan de la falta de líderes carismáticos, de los cuales, lamentablemente, necesitamos más de los que hay en la actualidad en el mercado.

Muchos ingenieros, a su vez, no aspiran a convertirse en gerentes porque son conscientes de lo difícil que es dirigir y motivar a sus exigentes compañeros. Es muy difícil para ellos aceptar contratar a alguien con esa nueva habilidad, pero abandonan la idea de aprenderla por sí mismos. En este contexto tóxico, consideran la gerencia como un trabajo poco atractivo.

Todo esto conduce a un problema a largo plazo: la ingeniería será excluida lentamente del proceso de toma de decisiones, a pesar de que la tecnología sigue siendo la base del crecimiento económico.

La verdad es que los ingenieros están expuestos a un estrés considerable. Se les pide creatividad y productividad al mismo tiempo. Se suele afirmar que el desarrollo exponencial de la tecnología en el futuro provocará la pérdida de muchos empleos y que los ingenieros serán los únicos capaces de superar este cambio y beneficiarse de él. Nada más lejos de la realidad. Las habilidades de los ingenieros se vuelven obsoletas tan rápido como las de otros empleados. Como consideran la gerencia poco motivadora, viven entre ganar dinero con tecnología adecuada, pero en vías de obsolescencia, mientras intentan convencer a sus gerentes para trabajar en tecnología más útil en el futuro.

En pocas palabras, tenemos dos problemas por resolver:

  1. Crear rutas de formación continua y de experimentación creativa para los ingenieros. Digamos que al menos el 20% de su tiempo.
  2. Hacerlos un 25% más productivos para compensar el tiempo utilizado.

Como suele suceder, cuando se definen claramente los problemas, las soluciones parecen sencillas.

El primer problema se puede resolver reservando el 20% del tiempo para trabajar en proyectos de la empresa con tecnologías que no son ideales para el proyecto en sí, pero óptimas para el futuro de los ingenieros.

Ahora, suponiendo el peor de los casos, es decir, que este tiempo sea absolutamente improductivo (lo que ciertamente no será verdad), deberemos hacer que el 80% restante sea más productivo en la cantidad necesaria para compensar lo perdido. Si nos proponemos un objetivo del +25%, podemos permitirnos ser totalmente improductivos durante la Fase 1.

La buena noticia es que un ingeniero motivado puede ser 10 veces más productivo que uno desmotivado. Cuando se trata de inventar soluciones creativas a los problemas, esta proporción puede ser incluso mayor. Por lo tanto, lograr un aumento del 25% no debería ser difícil. De hecho, es probable que esto ocurra tan pronto como se solucione el problema que provocaba su negatividad e insatisfacción con el trabajo: tener más control sobre su futuro.

Al lograr un mayor equilibrio entre sus intereses, los argumentos típicos descritos anteriormente se deberían escuchar cada vez menos. Los ingenieros sentirán menos la necesidad de líderes carismáticos y tal vez baste con buenos gerentes. Si todo va bien, cada vez más ingenieros empezarán a considerar la gerencia como una opción para sus carreras y tal vez se conviertan en los gerentes que necesitan hoy.